Para empezar, como las emisiones de CO2 biogénico proceden de la biomasa, que forma parte del ciclo natural del carbono, no contribuyen al cambio climático como lo hacen las emisiones de combustibles fósiles. Medir con precisión sus emisiones de CO2 biogénico puede ayudarle a cumplir mejor la normativa medioambiental y alcanzar los objetivos de cero emisiones netas.
Sin embargo, para las industrias que deben controlar las emisiones de CO2 biogénico, la elaboración de informes precisos no sólo es primordial para el cumplimiento de la normativa. También permite aprovechar al máximo los incentivos e iniciativas financieros asociados.
Analizamos cuatro sectores, todos ellos obligados a controlar las emisiones biogénicas, y cómo las empresas están convirtiendo esto en una ventaja competitiva.
1. Fabricación de cemento
La industria cementera es una de las principales responsables de las emisiones mundiales, ya que produce 1.600 millones de toneladas de CO2 al año, lo que representa alrededor del 8% del total mundial. Esto se debe a que los principales procesos químicos implicados en la producción de cemento son inherentemente intensivos en carbono. Pero esto sólo hace que la descarbonización de otras áreas sea más importante.
Heidelberg Materials es pionera en el «hormigón neto cero» que mitiga las emisiones con la captura de carbono en su planta insignia de Brevik (Noruega). Muchos otros productores de cemento están sustituyendo el carbón por combustibles de biomasa, como residuos de madera y lodos de depuradora, para calentar sus hornos. Éstos producen entre un 5 y un 15% de CO2 biogénico, lo que ayuda a compensar sus emisiones totales de gases de efecto invernadero.
CaptureMap señala que esta tendencia es mayor en Europa (que emite 5,8 millones de toneladas de CO2 biogénico frente a las 900.000 de Norteamérica). Esto ayudará a muchas plantas a prepararse para la eliminación progresiva por parte de la UE de los derechos de emisión gratuitos para la industria en el marco de su Régimen de Comercio de Derechos de Emisión en 2034.
El compromiso con la transparencia de los procesos y la consecución de cero emisiones netas es encomiable, pero también depende de datos muy precisos. Algo que la AMESA-B ha demostrado ofrecer sistemáticamente en todos los sectores. El AMESA-B, un muestreador totalmente automatizado y conforme a las normas, ayuda a determinar la fracción de emisiones de CO2 fósiles y biogénicas. El AMESA-B captura los datos de la planta durante todo el mes, antes de enviarlos a un laboratorio acreditado para su análisis y verificación.
2. Incineradoras de residuos
Las incineradoras de residuos (también conocidas como incineradoras de energía a partir de residuos) queman residuos para producir calor y electricidad. Suelen ser residuos domésticos y pueden incluir una mezcla de alimentos, plásticos, papel y otros materiales que no pueden reciclarse ni recuperarse.
Un total de 55 millones de toneladas de CO2 biogénico se emiten desde 557 plantas de producción de energía a partir de residuos en Europa, donde la incineración de residuos es mucho más común, y Norteamérica.
A partir del 1 de enero de 2026, el sector de la producción de energía a partir de residuos en el Reino Unido deberá empezar a controlar, notificar y verificar las emisiones de gases de efecto invernadero de dióxido de carbono en el Reino Unido. A continuación, el sector tendrá que cumplir el régimen de comercio de derechos de emisión a partir de 2028. En la UE, las incineradoras ya están obligadas a informar de sus emisiones y también tendrán que limitarlas a partir de 2028.
El AMESA-B ofrece avances tecnológicos respecto a la metodología de muestreo actual. Este sistema de muestreo automatizado y continuo, aprobado por Ofgem, solo requiere que los técnicos sustituyan un cartucho de muestreo mensual.
Lea cómo ayudamos a una incineradora de Portsmouth a demostrar que sus emisiones biogénicas de CO2 superaban el 50% con AMESA-B, lo que le permitió optar a derechos de emisión de Certificados de Obligación de Renovables (ROC).

3. Producción de pasta y papel
La fabricación de papel y cartón genera importantes emisiones biogénicas de CO2. En Norteamérica, 140 fábricas de papel declaran 108 millones de toneladas anuales, mientras que 137 fábricas de Europa emiten 69 millones de toneladas. Las calderas de recuperación, que queman un residuo orgánico llamado «licor negro» para recuperar sustancias químicas valiosas que pueden reutilizarse en el proceso de fabricación de pasta, son responsables de dos tercios del CO2 biogénico.
La fabricación de papel también es intensiva en calor. Alrededor del 60% de su energía procede de la combustión de biomasa, incluido el llamado «hog fuel», residuos de madera sobrantes de la fabricación de pasta virgen. Aunque los avances en bombas de calor podrían reducir algún día las emisiones del proceso, International Paper planea secuestrar 120.000 toneladas de CO2 biogénico al año en un proyecto piloto de captura de carbono con Amazon. Otros están experimentando con su transformación en etanol.
4. Generación de energía a partir de biomasa
La biomasa es la mayor fuente de energía renovable del mundo, con casi un 55%. Pero el sector no es un monolito. Las centrales utilizan distintos combustibles para diferentes aplicaciones, desde la producción de electricidad hasta la de calor. Además, algunas se construyeron específicamente para la biomasa, mientras que otras se han reconvertido a partir del carbón. Esto significa que la proporción de CO2 biogénico puede variar mucho más de lo que cabría esperar, lo que hace aún más importante la necesidad de una medición precisa.
En Europa, hay un total de 146 instalaciones que emiten un total de 50 millones de toneladas de CO2 biogénico al año. En Norteamérica, unas 380 emiten 30 millones de toneladas al año. La central de Drax, en el Reino Unido, suministra el 11% de la energía renovable del país a partir de biomasa y ha realizado grandes inversiones en captura de carbono. También está explorando aplicaciones innovadoras para los gases de combustión capturados, como el cultivo de proteínas para la alimentación sostenible de peces.
5. ¿Preparado para aprovechar la oportunidad del CO2 biogénico?
Informe con precisión de las emisiones biogénicas de CO2 con AMESA-B. Muestrea continuamente los gases de combustión con un método que cumple los requisitos de la norma EN ISO 13833 para una precisión y trazabilidad inigualables. Las comprobaciones de fugas antes y después del muestreo garantizan un caudal de muestreo preciso, mientras que un sensor a prueba de fallos evita la sobresaturación del cartucho para obtener resultados fiables.
