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El futuro de la monitorización de los microplásticos atmosféricos: entrevista con Jürgen Gratzl

08. 27. 2025
ENVEA

En ENVEA, estamos constantemente desarrollando nuevas soluciones para hacer un seguimiento de la calidad del aire y las emisiones, y el impacto y la dispersión de los microplásticos transportados en el aire es cada día más evidente.

 

Para reducir y prevenir daños futuros, buscamos activamente formas de afrontar este nuevo reto para la salud ambiental.

Recientemente, estuvimos hablando con Jürgen Gratzl, doctorando del grupo de investigación sobre fisicoquímica atmosférica dirigido por el profesor Hinrich Grothe de la Universidad Técnica TU Wien de Viena. 

 

Jürgen lleva años investigando las partículas más diminutas. Desde los bioaerosoles como los granos de polen hasta los microplásticos, ha adquirido un conocimiento crucial sobre el comportamiento y la detección de los alérgenos y contaminantes presentes en el aire.

 

En los últimos tiempos, ha centrado su investigación en la detección y la caracterización de los microplásticos atmosféricos, lo que ha logrado ampliar aún más nuestra comprensión de estos contaminantes microscópicos emergentes. Siga leyendo para conocer su visión experta sobre estas partículas aún desconocidas.

 

¿En qué se diferencian los microplásticos transportados por el aire de los que se encuentran en el agua y el suelo?

J.G.: Existen distintas definiciones, pero la más común es que los microplásticos atmosféricos son un grupo de partículas de polímeros sintéticos presentes en el aire, de un tamaño inferior a los 5 mm y de hasta 1 µm. Además, están los nanoplásticos, cuyo tamaño es incluso inferior a 1 µm.

 

 

Los microplásticos se pueden encontrar tanto en interiores como en exteriores, aunque por lo general las concentraciones más altas se registran en espacios interiores en forma, por ejemplo, de fibras de tejidos. Las partículas procedentes de fibras suelen permanecer más tiempo en el aire que los fragmentos de tamaño similar, por lo que lugares como las fábricas textiles son entornos de mayor riesgo de exposición. Asimismo, las plantas de tratamiento de residuos que procesan plásticos son un punto crítico para la presencia de microplásticos en suspensión.

 

En el agua y en el suelo, las partículas de microplástico tienden a ser de mayor tamaño, mientras que las más pequeñas se mantienen suspendidas en el aire. Estas partículas atmosféricas pueden inhalarse y propagarse por el organismo humano.

 

¿Qué sabemos hasta ahora de los efectos que tiene la inhalación de microplásticos sobre la salud?

  1. G.: No es exactamente mi especialidad, pero existen investigaciones sobre esos efectos llevadas a cabo con modelos animales y cultivos celulares. Se ha demostrado que los microplásticos causan inflamación, aunque, dadas las técnicas de monitorización disponibles, es probable que esos estudios se hayan basado en un nivel de exposición muy superior a las concentraciones ambientales. Hacen falta mediciones más precisas para evaluar la correlación entre los efectos sobre la salud y la exposición.

 

En algunos estudios se han analizado los efectos en trabajadores de la industria textil, expuestos a altas concentraciones de microplásticos, y se han encontrado tasas más altas de enfermedades como cáncer, problemas respiratorios e inflamación. Sin embargo, aún no se conoce a ciencia cierta el impacto general sobre la población expuesta al aire ambiental.

 

¿Cuáles son las principales fuentes de contaminación por plásticos atmosféricos?

  1. G.: Los microplásticos presentes en el aire proceden de distintas fuentes, entre ellas, los procesos industriales, la degradación de piezas de plástico de mayor tamaño, la liberación cotidiana de fibras de la ropa y el desgaste de neumáticos.

 

Esta última fuente puede sorprender a algunos, pero en las áreas urbanas con mucho tráfico o cerca de carreteras principales, el mayor factor causante de partículas de microplástico es el desgaste de neumáticos. Estos contienen un alto porcentaje de polímeros sintéticos. A medida que se desgastan, el material no desaparece, sino que se convierte en polvo de neumático compuesto por microplásticos que quedan en suspensión.

 

Otro factor importante es la fragmentación de piezas de plástico de mayor tamaño mediante su degradación física, biológica o fotoquímica debido a la exposición continua a la radiación ultravioleta. En líneas generales, la concentración aumenta con el tamaño de la población y el nivel de industrialización de una región.

 

Las prácticas agrícolas también son una fuente de microplásticos atmosféricos, sobre todo, las películas de polietileno utilizadas para cubrir los cultivos, que se degradan con el uso y la exposición solar.

 

El océano también puede emitir microplásticos. Sin embargo, estudios recientes indican que su contribución no es tan grande como se pensaba. El océano actúa más como sumidero que como fuente de microplásticos en suspensión, ya que absorbe más microplásticos de la atmósfera de los que emite.

 

Aún no conocemos la lista completa de fuentes ni sus niveles de emisión. Faltan datos que permitan cuantificarlas con exactitud y, en un futuro cercano, el estudio dirigido a llenar esas lagunas será un campo importante que permitirá ampliar nuestros conocimientos sobre los microplásticos atmosféricos.

 

¿Cómo pueden interactuar los microplásticos presentes en el aire con otros contaminantes?

  1. G.: Se han observado interacciones entre ambos. Por ejemplo, los investigadores han descubierto que existe una correlación entre la concentración de microplásticos y la presencia de hidrocarburos aromáticos policíclicos, algunos de los cuales son muy tóxicos y carcinógenos. Se sospecha que el plástico los absorbe y actúa como vector. También hay indicios similares respecto al transporte de sustancias polifluoroalquilo (PFAS), los llamados «productos químicos eternos». Esto genera una mezcla especialmente tóxica de partículas y gases.

 

¿Existe en la actualidad alguna normativa ambiental o sanitaria que aborde la contaminación atmosférica por microplásticos?

  1. G.: No existe ningún reglamento específico sobre los microplásticos atmosféricos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que hacen falta más datos antes de poder formular recomendaciones sobre límites concretos. Lo cierto es que el problema general de los microplásticos está empezando a generar debates sobre la necesidad de una normativa específica. Por ejemplo, se ha discutido ampliamente imponer a los fabricantes de lavadoras la obligación de incorporar filtros que impidan la entrada de microplásticos al agua tras el ciclo de lavado. Hasta ahora, Francia es el primer (y único) país que ha aprobado una legislación en este sentido, aunque esperamos que otros sigan sus pasos.

 

Con los datos científicos de que disponemos, ¿qué medidas pueden adoptar los consumidores y las instituciones para reducir la contaminación por microplásticos atmosféricos?

  1. G.: Reducir el uso del coche particular puede ayudar a disminuir las emisiones de partículas procedentes de los neumáticos.

Los datos ya disponibles sobre el desgaste de neumáticos podrían influir en la planificación urbana: la peatonalización de zonas reduce la necesidad de coches particulares y, por tanto, la cantidad de polvo de neumático liberado.

 

También podemos escoger opciones más sostenibles a la hora de comprar ropa. Los estudios han demostrado que en los primeros lavados de las prendas nuevas se libera un mayor volumen de microplásticos. Al optar por prendas con fibras naturales, comprar ropa de segunda mano y usar lavadoras con filtros de microplásticos, podemos limitar las partículas que llegan al agua.

 

Lo más evidente es reducir el uso de las bolsas de plástico y los envoltorios en general. Las bolsas se degradan con el tiempo y liberan microplásticos que acaban en el suelo, el agua y el aire. Y no solo nos deberían preocupar las bolsas en los vertederos: muchas terminan incinerándose, lo que también libera microplásticos a la atmósfera. Es fundamental desechar los plásticos correctamente y ser conscientes de aquellos que no pueden reciclarse fácilmente.

 

¿Qué métodos de monitorización o detección se utilizan hoy en día para identificar y cuantificar los microplásticos atmosféricos?

  1. G.: Hasta ahora, no existe una norma para la monitorización de los microplásticos en suspensión. Incluso los métodos de muestreo y preparación varían mucho, lo que dificulta comparar estudios y mediciones. La estandarización es un aspecto clave que hay que desarrollar y en la Universidad Técnica TU Wien estamos liderando esa labor.

 

Sabemos que algunas tecnologías resultan eficaces. La espectroscopia infrarroja con transformada de Fourier (FTIR) y la espectroscopia Raman permiten identificar la estructura química: la espectroscopia FTIR se limita a los tamaños de 10 µm, mientras que la espectroscopia Raman puede llegar hasta 1 µm, aunque puede verse interferida por aditivos presentes en los microplásticos. Algunas partículas se pueden teñir para estudiarlas bajo el microscopio de fluorescencia. Ninguna de estas tecnologías es apta para la monitorización en tiempo real; sin embargo, la fluorescencia intrínseca de partículas de microplástico individuales ofrece una vía prometedora para su seguimiento en tiempo real, lo cual le otorga una gran ventaja.

 

¿Cuáles son los principales retos para medir con precisión los microplásticos atmosféricos?

  1. G.: El mayor reto consiste en medir las partículas de tamaño reducido (de menos de 1 µm). Hoy en día, no existe ninguna tecnología que permita contabilizar estas partículas diminutas y a la vez clasificarlas como microplásticos, a pesar de que hay cada vez más pruebas de que su concentración aumenta a medida que disminuye el tamaño de las partículas. Esto dificulta el seguimiento de las emisiones industriales o del tráfico. Además, no disponemos de técnicas de detección de microplásticos en tiempo real, lo que implica una baja resolución temporal y una inversión de tiempo enorme.

 

¿Cómo puede contribuir la monitorización a mejorar la situación?

  1. G.: La monitorización permitirá a los investigadores identificar más fuentes de emisión de microplásticos y actuar sobre ellas. Así, lograríamos conocer mejor las consecuencias para la salud y podríamos aplicar medidas respaldadas por datos. Esta estrategia ha resultado eficaz con otros contaminantes. Primero, hay que conocer las fuentes y los efectos de los microplásticos atmosféricos y, después, podremos intervenir para reducirlos.

 

¿Puede recomendar algunos artículos a quienes quieran indagar más sobre este tema?

  1. G.: Claro que sí. Aquí van mis sugerencias:

 

Metaanálisis sobre los microplásticos:

Global atmospheric distribution of microplastics with evidence of low oceanic emissions

Yang, G. Brasseur, S. Walters, P. Lichtig, and C. W. Y. Li, npj Climate and Atmospheric Science, vol. 8, Art. no. 1, 2025, doi: 10.1038/s41612-025-00914-3.

 

Correlación entre las partículas de microplástico y nanoplástico y los HAP:

Fine micro-and nanoplastics particles (PM2.5) in urban air and their relation to polycyclic aromatic hydrocarbons

Kirchsteiger, D. Materić, F. Happenhofer, R. Holzinger, and A. Kasper-Giebl, Atmos Environ, vol. 301, p. 119670, 2023, doi: 10.1016/j.atmosenv.2023.119670.

 

Microplásticos en la Antártida:

First evidence of microplastics in Antarctic snow

  1. Aves et al., “The Cryosphere, vol. 16, Art. no. 6, 2022, doi: https://doi.org/10.5194/tc-16-2127-2022.

 

Primera detección de microplásticos atmosféricos:

Microplastic contamination in an urban area: a case study in Greater Paris

Dris, J. Gasperi, V. Rocher, M. Saad, N. Renault, and B. Tassin, Environ Chem, vol. 12, Art. no. 5, 2015, doi: https://doi.org/.

 

Revisión general sobre el impacto de los microplásticos:

An Atmospheric Chemistry Perspective on Airborne Micro- and Nanoplastic Particles

Zhang, J. H. Slade, A. P. Ault, and A. W. H. Chan, “,” Environ Sci Technol, vol. 59, Art. no. 16, Apr. 2025, doi: 10.1021/acs.est.5c03264.

 

Más información acerca del trabajo de Jürgen Gratzl sobre los microplásticos atmosféricos en sus publicaciones

A fluorescence approach for an online measurement technique of atmospheric microplastics

Gratzl, T. M. Seifried, D. Stolzenburg, and H. Grothe, Environ Sci: Atmos, vol. 4, no. 6, pp. 601–610, 2024, doi: 10.1039/D4EA00010B.

 

Fluorescent aerosol particles in the Finnish sub-Arctic during the Pallas Cloud Experiment 2022 campaign

Gratzl, D. Brus, K. Doulgeris, A. Böhmländer, O. Möhler, and H. Grothe, “Fluorescent aerosol particles in the Finnish sub-Arctic during the Pallas Cloud Experiment 2022 campaign,” Earth System Science Data, vol. 17, Art. no. 8, 2025, doi: 10.5194/essd-17-3975-2025.

 

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