Para evaluar el impacto de la cocina de gas frente a la eléctrica en la calidad del aire interior en comparación con las normas de la OMS y de la UE/Reino Unido, TNO y sus socios trataron de recopilar datos de 32 hogares con cocina de gas y 8 con cocina eléctrica en siete países europeos. Cada hogar tenía que estar equipado con un sensor que pudiera captar con precisión mediciones minuto a minuto de las concentraciones de NO2, CO y PM2,5 para compararlas con los límites de la OMS. El sensor tenía que ser compacto, fácil de usar y de instalar para no interrumpir las rutinas culinarias de los participantes, integrarse perfectamente en las cocinas y permitirles registrar datos fiables sin esfuerzo.
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