Esta planta de producción de energía a partir de residuos (WTE) del Reino Unido aumentó sus ingresos y el cumplimiento de la normativa al adoptar el tomamuestras AMESA-B, que sustituye a las mediciones manuales de CO₂, poco fiables. Gracias a unos datos de CO₂ biogénico precisos y automatizados, la planta ahora puede optar a los certificados de obligación de energías renovables (ROC), lo que desbloquea nuevas fuentes de ingresos, refuerza la confianza de los organismos reguladores y mejora las credenciales medioambientales.
Con sede en Plymouth (Reino Unido), esta planta WTE ya había logrado avances impresionantes en la reducción de las emisiones de CO₂. y el ahorro de recursos mediante tecnologías de vanguardia. Sin embargo, el equipo seguía teniendo problemas con el CO₂ manual, poco fiable y que requería mucha mano de obra. muestreo que producía datos incoherentes.
La planta utilizaba un sistema de muestreo por vía húmeda hecho a medida que seguía vagamente la norma EN 13833. Con sólo 22 periodos de muestreo al mes, este sistema manual no proporcionaba una visión representativa de la materia prima, lo que comprometía la precisión. Además, la falta de automatización obligaba a los operarios a recoger las muestras manualmente, lo que introducía sesgos y reducía aún más la fiabilidad.
El equipo sabía que la falta de automatización era, en el mejor de los casos, ineficaz y, en el peor, ponía a la planta en riesgo de incumplimiento. Es más, impedía que la planta cumpliera los requisitos para obtener ROC comercializables (que necesitan pruebas de que la producción biogénica es del 50% o superior), lo que cerraba una fuente de ingresos potencialmente lucrativa.
Para mejorar la precisión de su muestreo, el emplazamiento llevó a cabo una prueba de 18 meses de la AMESA-B como mejora de su metodología actual.
AMESA-B
El AMESA-B utiliza un método de muestreo de CO₂ en un cartucho adsorbente relleno de ascarita o cal sodada, para determinar la fracción biogénica de CO₂ . Tiene un periodo de muestreo de entre varias horas y un mes, lo que permite a las plantas determinar la proporción de CO 2 utilizando la medida de datación C14.
El AMESA-B también almacena los datos de la planta para su fácil descarga, proporcionando un análisis detallado y proporcional al caudal para ayudar a la comprensión operativa. Cada mes, las muestras recogidas se procesan y envían a un laboratorio acreditado según la norma ISO 17025 para su análisis conforme a la norma EN 13833. Estos resultados de laboratorio certificados proporcionan al operador de la planta datos precisos para la elaboración de informes.
Ahora que confían en el método de muestreo y en la estabilidad de los resultados, el equipo puede informar de forma fiable sobre sus fracciones de CO₂ para mejorar el cumplimiento de la normativa, permitir la cualificación para los ROC y avanzar un paso más en su camino hacia una planta más sostenible y responsable con el medio ambiente.